Nunca me gustaron las despedidas, así que por convicción no celebro la Nochevieja más allá de tomar las uvas después de una cena normal. Eso no quita que las ilusiones del año que entra no estén preparadas, porque lo están como todos los días, para echar a volar. Y es que cada día estreno ilusión y felicidad, pues no me falta nada de aquello que siempre se pide en estas fechas (salud, trabajo y amor).
Tampoco quiero despedir este 2013, que realmente no se va si no que quedará siempre vivo en mi recuerdo, como ese año y esos días en los que me lancé a escribir un blog y comencé otros tantos proyectos que me han hecho crecer como profesional, y como no, aún más como persona. Y por supuesto, dar las gracias por todas esas personas que se cruzaron en mi camino, que me dedicaron su tiempo y me dieron algo de sí mismos. Porque si algo bueno tiene la vida es esa capacidad de sorprendernos día a día.
Hoy me sentaré a la mesa con la mirada puesta en el mañana, en lo que viene, en los nuevos objetivos, en superarme en el día a día, en dar más de mi y cuidar de los míos. A este 2014 le pido las tres cosas de rigor y mucho más. Cosas que entre él y yo quedan, por eso de que si cuentas lo que deseas no se cumple. Pero sí que deseo compartir con vosotros, ya que muchos celebráis la Nochevieja, mis mejores deseos para el año que entra. Así que para todos ¡Feliz año nuevo 2014!
